ESCUELA DE KARATE KENSHIN RYU FRANCISCO KAMANN



Por Francisco Kamann
 
Febrero 2013


Para la mayoría de ustedes debe resultar desconocida esta Escuela, tal vez para muchos de aquellos que en alguna época han practicado conmigo no tengan total claridad sobre lo que es ella. Tal vez para algunos que se relacionan actualmente en la práctica conmigo tampoco. Tal vez muchos crean que ya no existe, o que nunca existió.

He aquí una breve reseña:

Mis comienzos (por allá por el año 1968) son en la Escuela de Karate Ken Shin Kan Karate Do, dirigida en Chile por los hermanos Raúl y Roberto Fernández y creada por Maestro Seiichi Yoshitaka Akamine, residente ya en Sao Paulo en esa época. El año 1979 el Maestro Akamine visita su Escuela en Chile, donde compartí mucho con él como alumno de la Escuela Ken Shin Kan. Conoce la Rama de Karate que dirijo en el Departamento de Educación Física, Deportes y Recreación (el glorioso DEFDER), viajé con él en la visita a las distintas sucursales de Escuela Ken Shin Kan en Chile. Muy significativa fue la visita a la Filial en Puerto Montt. También significativa fue la visita a la Filial de Curicó, la que incluye la concurrencia del Maestro Akamine a la casa de mis padres en Potrero Grande (28 Km al oriente de la ciudad de Curicó). El Maestro también asiste a reuniones de camaradería a mi casa en Santiago.


Después de regresar a Sao Paulo me insta a viajar a visitarlo allí, lo que finalmente conduce a una relación cercana como su discípulo durante 15 años. En esos 15 años pude conocerlo muy profundamente, tuvo la gentileza y paciencia de mostrarme, de enseñarme muchos aspectos de su condición de Maestro. Lo que menos practiqué con él fue la forma corporal de su Karate, que ya la había aprendido (bastante bien en su expresión interna, según el mismo Maestro), con los profesores Raúl y Roberto Fernández, especialmente con este último, de quién fui principal y más destacado alumno durante un cierto tiempo. Lo que empecé a comprender es que el Maestro Akamine quería entregarme variadas enseñanzas, el kaité (ciencia de la escritura), la ciencia de los números y sus significados, los principios filosóficos del legendario Samurai, entre otras muchas enseñanzas. Comencé a darme cuenta que lo que me transmitía el Maestro Akamine distaba mucho de lo que hasta allí había leído, o cómo el cine lo presenta, o la concepción que se tiene en el conocimiento generalizado. También comencé a percibir en sus enseñanzas que me mostraba lo que para él significaba ser Maestro, concepción también lejana de la idealización que ha hecho occidente de esta figura. Distinta además de la que las Escuelas de Karate, percibía yo, que mostraban. Y así se fue dando un proceso de relación Discípulo-Maestro cada vez más profundo, y mientras más profundo, más cercano, cada vez más desprovisto de la supuesta gran asimetría. En esos 15 años recibí tanta vivencia, experiencia, conocimientos, que necesitaría muchas vidas para elaborarlas totalmente. Pero ocurrió también que percibí que el Maestro intencionaba la idea que formara mi propia Escuela. Me transmitía que esa Escuela le daría una dirección particular a la difusión de sus enseñanzas. Fue así como nace la Escuela de Karate Francisco Kamann, nombre sugerido por el mismo Maestro, lo que me genera en ese entonces (y hoy aún), bastante pudor al llevar mi nombre. Es por ello que al ser reconocido oficialmente en Japón como KenShin Ryu el estilo de Karate creado por el Maestro Akamine, mi Escuela con toda propiedad de llama ahora KenshinRyu Francisco Kamann.
Esta Escuela, mi Escuela se sumió en un muy bajo perfil, en un proceso de muchos años en los cuales experiencie ricas y profundas relaciones con muchos y muy valiosos estudiantes de este Arte Marcial. Pero todo ello casi en el anonimato, estando yo incluso durante largo tiempo poco visible físicamente para ellos mismos. Sé que esto generó muchas interrogantes, muchas críticas también. Pero así era, necesario tal vez, no sé. Pero no me había olvidado, no había desechado las enseñanzas del Maestro. Estaban ahí latentes, siempre presentes cada segundo de mi vida, elaborándose, enriqueciéndose de las experiencias de mi vida como académico universitario, condición que me permitió aprender de tantas generaciones de bellos jóvenes (Bellos en el Ser). Fui, y sigo siendo, enormemente afortunado por ello. Pero en la naturaleza nada se detiene, todo es movimiento, todo es proceso de cambio, todo evoluciona o involuciona. Entonces de pronto mi vida da un vuelco radical, de la invisibilidad casi total de mi Escuela, ésta pasa a tener presencia muy pública en las llamadas redes sociales. Mecanismos y circunstancias varias me hacen saber que el momento de comenzar a cumplir con la tarea implícitamente encomendada por el Maestro, ha llegado. Esto recién comienza, es muy lento, no tengo la menor idea del curso que llevará. Desconozco totalmente los pasos que iré dando, los estoy descubriendo a cada momento cada día. Intentando cumplir los principios del Zen, debo deshacerme de todo, quedar en nada, y luego deshacerme del nada, pero al mismo tiempo cumplir la tarea, que según veo ahora, me encomendó muy claramente el Maestro Akamine. Parte de ello es hacer visible mi Escuela a través de un Blog y de la presencia de ésta en Facebook. Pero no es todo…no es suficiente…deberá haber Un Lugar para compartir las experiencias de la práctica de la meditación en movimiento (práctica del Karate) y la meditación estática, con todos aquellos interesados en acompañarme en ello. ¿Cuándo?... ¿Dónde?...lo descubrirán junto conmigo.